Agricultura vertical
El número de personas en todo el mundo no para de crecer, y a esto hay que sumarle que los recursos naturales son escasos, más costosos que antes, y además, los espacios físicos, terrenos, campos fértiles disponibles son cada vez más caros y de menores dimensiones. Particularmente, esto ha provocado una preocupación en los agricultores, quienes han tenido que buscar nuevas y mejores opciones que se adapten a sus necesidades, y una solución que han conseguido es la agricultura vertical.
Es probable que ya hayas escuchado un poco sobre esta tendencia que viene aplicándose en zonas rurales y urbanas de muchos países. Y si es la primera vez que lo haces, no te preocupes, porque la información más detallada sobre esta actividad te la traemos en este artículo.
Agricultura vertical, qué es
Es una práctica que viene aplicándose desde hace ya algunos años y que se trata principalmente de producir variedad de especies de plantas en capas, en otras palabras, unas sobre otras, siempre de forma vertical.
Esta metodología perteneciente al campo de la horticultura tiene como objetivo fundamental sembrar un mayor número de plantas en el mismo espacio físico de antes. Aunado a esto, es un sistema que también se acopla muy bien a prácticas hortícolas de baja y gran escala.
Lo más maravilloso de esta actividad es que puede emplearse en cualquier lugar y dar frutos durante todo el año, eso sí, siempre y cuando se apliquen las técnicas apropiadas.
Beneficios de la Agricultura Vertical
Todas las actividades que se incluyen dentro de esta técnica, traen consigo muchísimas ventajas que vale la pena señalar, no en vano, se ha convertido en tendencia en todo el mundo, pero significativamente en regiones urbanas donde nunca se había implementado antes, así como en otras donde el espacio es muy limitado.
Ahora veamos en detalle los beneficios de usar la agricultura vertical:
- Al establecer la siembra por capas, una planta sobre otra, los recursos utilizados son mejor aprovechados, lo que ocasiona un ahorro de los mismos y por ende, un beneficio para el bolsillo del agricultor. En este punto vale la pena mencionar el uso consciente del agua, el recurso más preciado y uno de los que ha comenzado a escasear en las últimas décadas
- Lo mismo ocurre con los pesticidas, ya que al ser lugares en ocasiones cerrados, evitan el ingreso de plagas y bacterias que pongan en riesgo la vida de la plantación. Y al estar las plantas tan cerca una de otra, la aplicación de esta sustancia sobre una de ellas beneficia indirectamente a las que se encuentran a su lado, encima y abajo.
- Al ser en espacios físicos de pocas dimensiones, la maniobrabilidad se hace más efectiva si lo comparamos con los métodos de siembra en campos extensos tradicionalmente conocidos, y esto provoca que se pueda controlar más fácilmente el impacto sobre el medio ambiente.
- Es cosa del pasado sacar solo provecho de los campos rurales alejados de la ciudad o las zonas urbanas. Ahora esta actividad puede ejecutarse en cualquier lugar, cumpliendo ciertas medidas, por supuesto. Lo que trae como consecuencia inmediata un incremento en la producción de alimentos de las localidades.
Más ventajas
- Y al aumentar la producción local, mejora el abastecimiento, y la competencia que derive hará que los precios se regulen y por lo general, disminuyan, un beneficio significativo para la economía de los consumidores.
- Al emplear torres, estantes y edificios en la agricultura vertical no solo se hace un uso optimizado del espacio, sino que además, los costes operativos disminuyen considerablemente.
- Otra de las ventajas interesantes que derivan de este tipo de técnicas es la reutilización de complejos o estructuras edificadas que se encuentren en desuso.
- La producción de alimentos por parte de particulares aumenta, debido a que todas estas actividades pueden llevarse a cabo en pequeños lugares, acto seguido, el autoconsumo mejora notablemente.
Como puedes ver, la utilización de la agricultura vertical en los tiempos que corren puede considerarse una bendición, en virtud de todas ventajas que brinda no solo a los seres humanos, sino además a los recursos naturales, al medioambiente, y hasta la economía local y macro de los países.
Tipos de Agricultura Vertical
Contrario a lo que muchas personas piensan, esta técnica de siembra y cosecha no es única, ya que deriva en tres diferentes sistemas, según las particularidades del lugar y los recursos, y sobre todo, de las necesidades específicas del trabajador agrícola. Básicamente, esta división se trata de hidroponía, acuaponía y sustratos.
Agricultura vertical con Hidroponía
A todas las plantas se le suministra una solución acuosa, la cual se compone de todos elementos y sustancias requeridas para que en conjunto crezcan satisfactoriamente, y muy importante, en el tiempo estimado.
De la hidroponía han surgido unas subdivisiones con el pasar de los años, pero las más utilizadas y más efectivas son: la estructura piramidal, el cultivo en agua profunda, la aeroponía, y finalmente la torre vertical.
Agricultura vertical con Acuaponía
Esta técnica implica la combinación de dos sistemas de producción, por un lado, la producción de plantas, y por el otro, la de peces, las cuales pueden llevarse a cabo de manera conjunta si se establecen los sistemas hidropónicos adecuados.
Hay que tener en consideración que este tipo de agricultura no utiliza los fertilizantes convencionales, más bien, aquí se emplea un abono preparado a base de excremento de peces, agua y algunos nutrientes adicionales para hacer este compuesto apto para la plantación.
Agricultura vertical con Sustratos
Esta última técnica se enfoca en el suelo, el terreno donde se siembra cada planta. La idea base es utilizar materiales y elementos enriquecidos como la turba, lana de roca, perlita, y abastecerlas con suficientes nutrientes para que a partir del sustrato se alimente cada planta de manera correcta.
Al igual como ocurre con la hidroponía, aquí se contemplan algunos subsistemas, tales como: modificado de flujo y reflujo, camas altas y capilaridad.
Agricultura vertical en España
Si nos ubicamos específicamente en España, podemos notar un aumento sustancial de huertos en lugares que antes eran impensados para este tipo de actividades. Los ejemplos más interesantes se han dado en garajes y almacenes.
De hecho, ciudades como Madrid y Barcelona, donde antes era ilógico concebir la agricultura vertical como un método de producción y sustento, se hacen más proclives a adoptar y adaptarse a este tipo de técnicas. Varios ejemplos de este nuevo trabajo han servido de muestra para que otras personas en España se animen a dar sus primeros pasos.
UrbanFresh
Uno de los casos más conocidos ha sido el de UrbanFresh en Barcelona, donde se cultiva lechuga y diversidad de verduras desde hace algunos años. Y aunque no ha sido un trabajo inicialmente sencillo, en vista de que las personas ha cargo han tenido que aprender sobre parámetros de humedad ambiental, procesos de riego, análisis sobre el uso correcto de la luz y la temperatura, y conjugar todo esto con aplicaciones tecnológicas que sirvan de aliados, estos se muestran complacidos con el resultado que han obtenido y del aporte a la comunidad que han podido ofrecer en los últimos años.
Plantación en sótano de Madrid
Otro de los ejemplos destacados que se pueden rescatar en España es el de Inés Sagrario, quien ideó hace unos años emplear un sótano desocupado en Alcobendas para llevar a cabo su plantación de lúpulos.
Lo más interesante de su experiencia ha sido que logró controlar toda su actividad agrícola desde su propio teléfono móvil. Ya que en este, además de contar con imágenes precisas y en tiempo real de todo el lugar, dispone de diferentes aplicaciones para analizar la humedad del clima, los niveles de pH y dióxido de carbono.
Sin embargo, la ventaja más destacable de toda su práctica ha sido el hecho de que ha sabido emplear un sistema de riego automático y diferentes luces LED, lo cual ayuda a que su cosecha sea constante y sostenida, y sin importar las variaciones del clima en la capital del país.
Los ejemplos mencionados hasta ahora, así como otros escenarios similares hallados en Oviedo y Sevilla, han servido de inspiración para otras personas que comienzan a interesarse por la agricultura vertical. Y es que si la prueba piloto es inicialmente pequeña, puede ser en principio controlada con mayor facilidad.
Además, con la aplicación de algunos conocimientos agrícolas, la colaboración de apps que ayuden a medir y a predecir las condiciones atmosféricas, o que ayuden a precisar la cantidad correcta de fertilizante o agua a regar sobre las plantas sembradas, y por qué no, con la asistencia de un ingeniero agrónomo o especialista en la materia, se pueden llegar a obtener grandiosos resultados y un aprendizaje significativo que traerá como consecuencia mejores cultivos y mejor utilización de los espacios y los recursos naturales. Definitivamente un ganar – ganar para todos.
Costes de implementar la Agricultura Vertical
Si bien cuando comparamos esta actividad con las labores agrícolas tradicionales, en primera instancia suponen ser más económica y al alcance de muchas más personas, siempre tendrá un coste para asumir, ya que implica la asociación de muchos aspectos que en su mayoría generan un impacto monetario en el bolsillo de quien emprende este camino.
Hay que comprender que dedicarse a este ámbito debe tomarse como un modelo de negocio que para prosperar requiere primeramente de inversión, conocimiento, y dedicación, para lograr a mediano o a largo plazo los resultados deseados.
Los costos más importantes que tienen que tomarse en cuenta para poder desarrollar esta actividad a cabalidad pueden resumirse en los siguientes:
- Costos de energía.
- Mano de obra.
- Mantenimiento de equipos.
- Semillas y plantas.
- Abonos, fertilizantes.
- Agua y sistemas de riego.
- Control de plagas.
- Envasado y transporte.
- Alquiler del sitio.
Costos de energía
Al no contar con un lugar o terreno al aire libre, donde los rayos solares impacten naturalmente y directamente sobre la plantación, se tiene que considerar un tipo de energía alternativa que reemplace la luz natural.
En este sentido, se debe considerar no solo la iluminación artificial, sino valorar el enfriamiento o quizás si el lugar es muy caluroso. Por otro lado, la calefacción, todo con el fin de que las plantas puedan desarrollarse en un ambiente propicio.
Dicho esto, se piensa que el valor promedio anualizado por 1 cuadrado ronda los 4.61 y 9.22 euros. No obstante, estas cifras no pueden tomarse como estándar ni a la ligera, ya que pueden variar de acuerdo al tamaño de la granja, el tipo de plantas que se siembren, y el propio sistema de iluminación que se emplee.
Una solución parcial para mitigar los gastos en este aspecto, sería incorporar tecnología y equipos que apunten a la eficiencia energética, como podrían ser los paneles solares, iluminación tipo LED y sistema para un control climático óptimo.
Mano de obra
Otro de los factores importantes que obligatoriamente deben considerarse cuando se decide comenzar un proyecto de agricultura vertical, es el pago de los empleados. En este punto, lo primero que se debe lograr es conseguir un equipo de trabajo calificado, aún cuando la cantidad de personas conocedoras de este tema sea reducido, ¿por qué?, porque las labores de plantación, cosecha y mantenimiento general requieren de ciertos conocimientos especializados, en otras palabras, no vale cualquier tipo de persona para este trabajo.
Hoy en día y tomando en cuenta los ingresos de los españoles, podemos inferir que el pago por hora de un trabajador para este tipo de labores oscila entre los 13.82 y los 27 euros aproximadamente. Porque, además de contar con empleados para trabajos simples, se necesitará de gerencia, técnicos y profesionales vinculados al sector de la agronomía que puedan prestar el apoyo correcto en caso de necesitarlo.
Vale destacar que estos montos no incluyen posibles costes para la capacitación y certificación de cada trabajador, con el fin de mantenerlos actualizados con las nuevas tendencias y la adquisición oportuna de nuevas habilidades y conocimientos.
Mantenimiento de equipos
Además de la mano de obra calificada, se necesita de equipos, herramientas y maquinaria que ayuden a realizar el trabajo que el humano no puede hacer. Pequeños tractores, macetas, paneles solares, cableado eléctrico, tuberías de agua, son tan solo algunos de los materiales y artefactos que son parte fundamental de esta actividad.
Y aunque ya el hecho de contar con estos equipos, nos hace pensar en un gasto inicial por adquirirlos, hay un gasto más relevante, y es el que tiene que ver con el cuidado y mantenimiento de los mismos.
Es complicado en este aspecto dar una cifra promedio, sin embargo, para que tengas una idea, se estaría hablando de entre 9 mil euros y 45 mil euros anuales destinados solo para esta área. Tomando en cuenta los temas relacionados con la limpieza de las máquinas, la compra y reemplazo de piezas, las reparaciones a las partes averiadas, la lubricación, entre otros.
Semillas y plantas
Sin estos elementos, no podría comenzarse un proyecto de este estilo. Y en este particular, es aún más difícil estimar un coste promedio, en vista de que el tipo de semillas y plantas a sembrar variarán entre un proyecto y otro.
No obstante, tomando como referencia precios promedios en Estados Unidos para el año pasado, podemos concluir que en el caso de Europa, particularmente España, se necesitaría entre 0.10 y 1.50 euros por plantas. Esto por supuesto no incluye el proveedor de las semillas, la calidad ni la cantidad adquirida.
Si inicias en este mundo y tu presupuesto no es muy alto, sería propicio centrarse al comienzo en cultivos de alto rendimiento y demanda, así como fijarse en plantas con bajas tasas de germinación.
Abonos y fertilizantes
Si las semillas y las plantas son el elemento número 1 de toda agricultura vertical, el elemento número 2 en orden de importancia serían los fertilizantes y abonos, después de todos son los encargados de nutrir, ayudar a crecer y luego mantener toda la plantación.
Particularmente en este aspecto, no se puede dar una estimación o un precio promedio, ya que la variedad de sustancias de este tipo es enorme, así como la calidad y cantidades, las funciones, las especificaciones por cada tipo de planta.
Lo recomendable en este punto es recibir la asesoría de tiendas agropecuarias o viveros que se ubiquen cerca de la zona donde se llevará a cabo el proyecto para solicitar una cotización, y de esta manera evaluar los costos.
Agua y sistemas de riego
El vital líquido es uno de los elementos que no pueden faltar en ningún momento, puesto que además de ser un nutriente importante, es el indicado para transportar otros alimentos a los cultivos.
El costo promedio por galón de agua se encuentra en 1.50 euros aproximadamente. La cantidad total a gastar distará entre un proyecto y otro debido a que la ubicación, el tipo de riego elegido, el tamaño de la granja, la calidad del agua serán siempre diferentes. Decantarse por ejemplo por hidroponía o aeroponía significaría un coste por agua totalmente distinto.
Vale acotar, que en el cálculo antes mencionado, no hemos considerado otros montos que puedan derivar de equipos asociados al uso del agua, es decir, la compra y/o mantenimiento de los sistemas de riego, filtros, sensores y bombas.
Control de plagas
A pesar de que en esta técnica se controla mucho mejor el cuidado de las plantas, estas no están exentas de sufrir un daño o un ataque de hongos, mosquitos, ácaros, entre tantas plagas que existen.
Así que se debe contar con los productos idóneos y las empresas adecuadas que provean de servicios para el control de las plagas. Este sería uno de los costes más elevados, y estaría ubicado entre los 450 euros y 1.800 euros mensuales.
Por supuesto, dichas cantidades contemplarían el contrato de profesionales, servicios especializados, la compra de los pesticidas y otras medidas preventivas que se consideren para el bienestar del cultivo.
Envasado y transporte
Llegados al momento de la cosecha, se hace preponderante contar con envases y recipientes que sirvan para almacenar lo producido. Lo mismo aplica para cuando llega el momento de la distribución y traslado de los alimentos.
Son 2 aspectos que aunque parecen distintos, tienen mucha relación, por eso los contemplamos dentro del mismo apartado.
Es cierto que hay que considerar a priori el material, cantidad y tamaño de cada envase, el proceso de embalaje, el volumen a trasladar, la distancia a recorrer, pero en líneas generales podemos decir que el coste por libra envasada puede acercarse a los 0.10 y 0.50 euros. Y en cuanto al traslado, sería de 1 euro y hasta 5 euros por milla transportada.
Alquiler del sitio
Finalmente, pero no menos importante, está el arriendo del espacio destinado para la agricultura urbana. La ubicación, las dimensiones de lugar serán diferentes pero se estima que costaría entre unos 4.500 euros y 14.000 euros de mensualidad.
Esto no incluye el pago de servicios públicos, en virtud de que cada nación, cada localidad maneja tasas muy diferentes. Tampoco se toma en cuenta los acuerdos o contratos previos o que se llevan a cabo durante la vida activa de la granja.
Invertir en Agricultura Vertical
Muchas personas consideran que este es el negocio del momento, bien sea porque implica menos inversión que la agricultura tradicional, porque se puede aplicar prácticamente en cualquier zona rural y urbana o porque puede controlarse mucho mejor.
Pero, para iniciar un negocio de este tipo, se requiere de entrada de una inversión económica importante, ¿de cuánto estaríamos hablando?, es imposible determinarlo a ciencia cierta, pero se divide en varios factores que te daremos en el próximo listado, junto a su precio aproximado:
- Construcción dentro del espacio físico, (90.000, 460.000).
- Compra e instalación de la iluminación y del sistema de riego, (46.000 – 92.000).
- El alquiler del espacio físico, (50 mil y 200 mil).
- Sistemas de seguridad y climatización, (10.000 a 25.000).
- Permisos estatales y/o municipales, (4.500).
- Contratación de empleados, (de 100 mil a 200 mil).
Deberás considerar y analizar todos y cada uno de estos factores para que en primer lugar, tomes conciencia de la magnitud del proyecto, y en segundo lugar, para saber si puedes no solo iniciar, sino luego mantener operativo el proyecto.