Semillas de diente de león

Alguna vez en nuestras vidas hemos escuchado hablar sobre las semillas de diente de león, o hasta quizás nos hemos beneficiado de esta y ni siquiera lo sabemos. Pero así es, se encuentra entre nosotros desde hace muchísimo tiempo y su utilidad es verdaderamente impresionante.

Si quieres conocerla un poco más y en caso de que quieras cultivar esta planta conocida como la de los “mil remedios”, te invitamos a acompañarnos en las próximas líneas porque de seguro serán de tu interés.

¿Cómo sembrar las semillas?

Para llevar a cabo la siembra de la Taraxacum Officinale (nombre científico), lo primero que corresponde hacer es un semillero, pero no en cualquier momento del año, se deberá hacer a finales de invierno.

La intención aquí será esperar que las plantas alcancen los 8 ó 10 centímetros para proceder a realizar el debido trasplante. Quedará de tu parte si deseas ubicarlas en macetas o en la misma tierra de tu huerto o jardín.

Un aspecto que se debe recalcar es el hecho de evitar que las flores hagan semillas, ya que invadirían todo el lugar sin control alguno de nuestra parte.

Plantar en maceta

Puedes evitar pasar por el semillero si la finalidad es hacerlas crecer en una pequeña maceta. Para ello, solo deberás hacer lo siguiente:

Tomar algunas flores cuando estás estén en su etapa final. Lo sabrás al verlas de color blanco y esponjoso con sus semillas en medio.
En una maceta se incorpora tierra previamente humedecida y hasta la mitad del contenedor.
Ahora corresponderá cortar la cabeza de las flores para proceder a colocarlas cobre el sustrato.
Cumplido el paso anterior, se cubren con una nueva capa de tierra. Procura que esta no sea muy gruesa.
Pasados 10 días notarás como las semillas comenzarán a germinar.
Aproximadamente a los 21 días ya podrás ver la planta y sus hojas todavía en un tamaño pequeño.
Bastará con esperar que dichas plantas crezcan para cosechar tanto sus hojas como sus flores.

Sembrar en la tierra

Si por el contrario cuentas con el debido espacio o terreno en tu huerto o jardín para realizar una siembra mayor, entonces lo ideal es que sigas los siguientes pasos:

Las semillas deben estar secas y a punto de desmoronarse.
El suelo siempre debe permanecer húmedo, incluso más en verano cuando hace calor.
Se deberá excavar con una profundidad que al menos alcance la longitud de la hoja de la pala. Esto permitirá que la planta se arraigue con mucha más fuerza.
Durante el paso anterior, procura mover la tierra para que esta se suelte y descubra las piedras que tendrás que quitar.
Logrado esto, añade la materia orgánica, un buen ejemplo puede ser el abono compostado.
Es momento de incorporar y dispersar las pizcas de semillas en la tierra a una distancia entre estas de aproximadamente 8 centímetros.
Con el pasar de los días, no olvides agregar el fertilizante líquido. El uso de este dependerá del tipo que hayas adquirido y de sus instrucciones.
Siempre se requerirá de riego. Sin embargo, en tiempos de altas temperaturas, se recomienda hacerlo al menos cada 2 días.

Si te preocupa saber cuál es el tiempo que toman estas semillas para geminar, la respuesta concreta es de 3 a 4 semanas. Como sabemos, la luz de sol juega un papel preponderante en este proceso, sin embargo, ten en cuenta que sus rayos no deben incidir directamente en el espacio donde hayas realizado tu siembra.

Para que todo se lleve a cabo efectivamente no olvides además seguir los procedimientos antes mencionados.

Sus propiedades y beneficios

Nombrar cada uno de los beneficios de esta semilla y abordarlos en profundidad sería más bien tema para un artículo completo aparte. Sin embargo, para que tengas una noción general de lo que puede provocar cuando es consumida, te dejamos el siguiente listado:

Tiene propiedades diuréticas.
Es depurativa y antioxidante.
Además, se vincula para el tratamiento del reumatismo.
Sirve como laxante y protectora hepática.
Y entre sus componentes destacan el Calcio, el Hierro, la vitamina A y la vitamina C. De hecho, se estima que la cantidad de hierro que posee es mucho mayor al que contienen las espinacas.
Funciona para la falta de apetito, indigestiones y fortalecimiento del hígado.

Una manera común de utilizarla es como una infusión. Para ello, bastará con agregar una cucharadita de sus hojas secas en un vaso con agua hirviendo. Se deja reposar por unos 5 ó 10 minutos para luego tomar.

Un detalle importante a marcar es que sus flores juegan un papel importantísimo también. Y es que al ser una de las primeras plantas que florecen en primavera, su néctar atrae a las abejas hambrientas del invierno, y en consecuencia se genera la polinización de frutales, plantas de huertos, entre otros.

Comprar semillas de diente de león

Como ocurre con la gran mayoría de semillas que conocemos, estas se pueden adquirir listas. Es decir, sin tener que pasar por el proceso de siembra y cosecha. Y probablemente los primeros lugares que pienses sean los viveros tradicionales o comercios especializados en la venta de estos.

No obstante, no olvides que en Internet existe un gran número de portales que también se dedican al expendio de las semillas de diente de león, así como de tantas otras variedades.

“Planetahuerto.es” es uno de los primeros portales que podemos recomendarte y donde encontrarás 1 kg de estas semillas por 1.40 euros.
Otro sitio online es “jardineriakuka.com” que vende igualmente 1 kilogramo por 2.03 euros. Si tienes alguna pregunta o consulta, dentro de su sitio conseguirás su dirección física así como su correo electrónico de contacto.
Y si quieres un lugar más que reconocido a nivel mundial, entonces puedes decantarte por Amazon.

Atrévete a sembrar y cosechar las semillas de diente de león en casa, en tu jardín o huerto. Como hemos visto, sus beneficios curativos y sus innumerables propiedades hacen prácticamente obligatorio contar con una de estas plantas cerca de nosotros.